Respeto y promoción de la independencia y la autosuficiencia. Se priorizan intervenciones que capaciten a las personas a manejar su discapacidad y encaminadas a la mejora de su autonomía para vivir en comunidad.
Proporcionamos apoyo ininterrumpidamente a lo largo de la vida. Para ello, interactuamos con diferentes servicios, entidades y personas que lo ofrecen.
Adquisición de un proceso de crecimiento personal orientado a superar los efectos negativos para el desarrollo personal que, en muchos casos, tienen los trastornos mentales.
Atención personalizada, observando realidades, necesidades concretas y valorando los recursos propios de cada persona.
En lo posible, se debe hacer uso de servicios normalizados (de educación y formación, de acceso al empleo, culturales, deportivos y recreativos, etc.)
Aplicar los conocimientos y los procedimientos para que resulten eficaces, realizar evaluaciones periódicas del programa y conocer el grado de satisfacción de las personas participantes.